23 agosto, 2024
Se recordaban en esta misma sección días atrás las palabras de Josep Tarradellas cuando aseguraba que “En política se puede hacer de todo, menos el ridículo” (algo que, sea dicho de paso, llevan haciendo sus correligionarios en Cataluña desde que el político curtido en el exilio declinó su responsabilidad en Jordi Pujol -¿”La UDEF, Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, qué coño es eso de la UDEF”-). Pues bien, enmendando al molt honorable presidente de la Comunidad Autónoma, hay todavía un grado más que sobrepasar en esa línea roja a que aludía el político catalán. Y es cuando el ridículo va acompañado de una demostración de sectarismo, de irresponsable discriminación, de desigualdad de comportamiento ante el mismo hecho. Circunstancia que desarma cualquier argumento con que se hubiese querido justificar la primera de las decisiones. Porque lo que un día es negro no puede, al día siguiente, tornarse blanco. Bueno, en Compostela sí.
En su día también (19 de julio), comentamos aquí las no explicadas razones del equipo de Gobierno municipal para retirar del programa de fiestas un acto que acumulaba cuarenta años de tradición a sus espaldas, acaso como la demostración más palmaria tanto de su oportunidad como de su aceptación por vecinos y turistas. Nos referimos a la concentración de vehículos antiguos, esos que por su estado de mimo y conservación de que han sido objeto por parte de sus propietarios, gozan de pleno derecho a circular por nuestras carreteras, concitando siempre una mirada entre la amable sonrisa y la sana envidia respeto de los poseedores de esas tan atractivas y antiguas maquinarias mecánicas desafiando a la tecnología actual. Muestra acompañada de la correspondiente exhibición de trajes de época, destinada a arropar la muestra motorizada.
Con las excusas de mal pagador a que acostumbra el Gobierno local, lo cierto, el hecho inequívoco es que tal exhibición no se pudo celebrar por el peregrino argumento de que “non encaixaba ben coas festas do Apóstolo”. ¿Y eso qué mente lúcida lo determinó, en qué foro de debate o análisis se llegó a tamaña bufonada?.
Ahora, enmendando su propio criterio (?), sí se va a celebrar una exhibición de vehículos antiguos, también arraigada en la ciudad hasta el punto de contar ya a sus espaldas con los veinte años que el tango dice que no son nada pero que en una vida vivida supone más de una generación. En este caso la organización corre a cargo de los siempre dinámicos empresarios de la zona monumental, tan acostumbrados a que las políticas locales vayan siempre en contra de sus legítimos intereses. No es que quepa presumir de ka organización del acto una eficiencia extraordinaria para sus negocios, pero no deja de ser una nueva llamada de atención de su existencia, de su habitual marginalidad y de su entusiasmo inasequible al desaliento. Y por ello mismo, cabe felicitarla.
En cuanto al ayuntamiento ¿cuándo nos aclararán por qué en julio no procedía y ahora sí? ¿Cuál es el criterio para eventos venideros, el de antes o el de ahora? O, todo más sencillo, ¿se trata de ir gobernando a salto de mata, en función de la animosidad del momento?, Cosas más extrañas se han visto en la casa grande de Raxoi.