Por preguntar que no quede

Viendo el continuado desencuentro entre Xunta y Ayuntamiento a propósito del parquin del Hospital Clínico y recordando la duda que atormentaba a Vargas Llosa sobre su amado Perú ¿cuándo se “jodió” el entendimiento y trabajo en común que en favor de Compostela mantenían sus principales instituciones, sin que nunca trascendieran a la opinión pública las posibles discrepancias? ¿Es de recibo alegar por el ayuntamiento que sólo el 22% de la población del área sanitaria reside en la capital? ¿Volvemos a la Galicia de las leiriñas?

Ante el extraordinario alarde de plazas de aparcamiento reservadas para algunos grandes almacenes en las principales calles de Santiago ¿por qué edificios destinados a consultorios médicos no tienen delante de sus portales una mínima plaza de parada para dejar o recoger a los enfermos que acuden a esos dispensarios sin que tengan que hacerlo en medio de la calzada, como ocurre?

Cuando, en noviembre de 1982, el alto funcionario del Ministerio correspondiente inauguró la depuradora de Silvouta tras el incómodo regalo para la galería –como el mismo confesó: “lo que hay que hacer por el cargo”- de beberse un vaso de agua del final del proceso depurador, se advirtió que la obra quedaba pequeña para una población como la del Santiago de entonces. Ahora, 48 años después de continuar vertiendo al río parte sin depurar, ¿conseguiremos al fin que la nueva depuradora esté dimensionada para las necesidades reales de la ciudad? ¿En qué fecha?