27 agosto, 2024
Como todo hijo de vecino, incluso la regidora de Teo (la que tiene como slogan 7/24, que traducido al cristiano quiere decir que está de servicio los siete días de la semana con sus correspondientes 24 horas) también está en su pleno derecho de ausentarse por unos días de sus responsabilidades políticas, bien sea por asueto, por asuntos propios o por lo que sea, que no viene al caso.
Lo que sí sorprende es la sensación que sus tenientes de alcalde tienen sobre lo pesado de la púrpura del poder al mostrarse renuentes a coger el testigo de la regidora para que la municipalidad teense no quede sin cabeza visible de Gobierno en los días en que falta su titular.
Se trae aquí por lo sorpresivo que resulta que concejales que sin duda pelearon en su día por auparse a los primeros puestos de la lista electoral, acaso con el no disimulado afán de poder ser alcalde por unos días, cuando les surge la ocasión hacen mutis por el foro, aludiendo a razones -reales o inventadas- “de causas sobrevidas, de índole persoal e profesional”.
Porque -lo dice el Boletín Oficial de la provincia del pasado día 14- la regidora publicó con fecha del día ocho un anuncio “ de conformidade co previsto no artigo 23.3 da Lei 7/85, do 2 de abril, reguladora das bases do réxime local, e artigos 44 e 47 do R.D. 2568/1986, do 28 de novembro” en el que delega la responsabilidad de la Alcaldía en la persona de María Margarita Rosende, cuarta tenente de alcalde, á vista de que, por causas sobrevidas, de índole persoal e profesional, o primeiro, segundo e terceiro tenentes de alcalde non poderán asumir a Alcaldía accidental os días de ausencia da alcaldesa”.
Ya es mala suerte para los tenientes de alcalde reunentes ver pasar la ocasión que ni pintiparada para llevar sus ideas a la municipalidad (un teniente de alcalde de la primera Corporación democrática compostelana aprovechó su interinaje como alcalde para peatonalizar por completo la plaza do Obradoiro, lo que en aquellos momentos era poco menos que un golpe de estado municipal). En Teo, los reacios pero posibles alcaldes interinos acaso pudieran aplicar normas que avaladas por su sentido común, acaso no encuentren la debida anuencia de la regidora.
¿o será acaso por aquella, ya recordada aquí, voluntad de la alcaldesa en tanto que presidente de su partido en el municipio de contar con “unha lista feita para traballar, non para figurar. Unha lista que conxuga experiencia e novas incorporacións que, sen dúbida, achegarán frescura e forza”.
Pues siendo así ¿no es una lástima que tanta frescura y fuerza se guarden, cual el mejor de los paños en buena arca”. Lo que sí cabe concluir es que además de “caladiños”, como dijimos entonces que estaban condenados a ser, son también “guiadiños”.