Los Corazones Sanos del Henáres culminan en Fisterra su séptimo Camino de Santiago

La asociación Corazones Sanos del Henares volvió a cumplir su tradición. Por séptimo año consecutivo, desde su fundación en 2016, sus integrantes completaron una nueva edición del Camino de Santiago, esta vez prolongando la ruta hasta Fisterra, el legendario Fin de la Tierra.

El grupo, formado por 165 caminantes, afrontó un recorrido total de 115 kilómetros entre Padrón y el faro de Fisterra. Debido al elevado número de participantes, la organización decidió dividir la expedición en dos turnos: el primero del 28 de septiembre al 4 de octubre, con 110 peregrinos, y el segundo del 1 al 7 de octubre, con 55.

La caminata comenzó en Padrón, lugar donde, según la tradición, arribó la barca con el cuerpo del Apóstol Santiago. Allí fueron despedidos por el alcalde del municipio, que les deseó un sentido Buen Camino antes de iniciar la marcha. Aunque este año Santiago de Compostela no fue el punto final del trayecto, llegar a la Plaza del Obradoiro mantuvo intacta la emoción de cada edición: abrazos, lágrimas y visitas a la Catedral para rendir homenaje al Apóstol marcaron la llegada.

Desde Santiago comenzó la segunda parte del recorrido, las cuatro etapas del Epílogo del Camino, una ruta más exigente y solitaria que atraviesa algunos de los paisajes más auténticos de Galicia. Los Corazones Sanos avanzaron con su habitual espíritu de compañerismo por lugares como Negreira, Ponte Maceira, Olveiroa y Cee, atravesando aldeas pequeñas y encantadoras, siempre entre risas, cansancio y asombro ante la naturaleza gallega. Durante el trayecto incluso cruzaron el territorio del mítico Vákner, la criatura legendaria descrita como “un animal salvaje, grande y dañino” que —según la leyenda— acechaba a los peregrinos medievales. Pero ni la niebla ni las historias pudieron frenar el entusiasmo del grupo alcalaíno.

La última jornada los llevó hasta la Playa de Langosteira, a la entrada de Fisterra. Allí, algunos se descalzaron y recorrieron los últimos metros por la orilla, con los pies sobre el Atlántico, antes de subir al Faro de Fisterra, donde se encuentra el segundo Kilómetro Cero del Camino de Santiago. Aunque el amanecer los recibió con una densa borraxeira —la clásica niebla gallega—, la falta de vistas no restó emoción al momento. Entre abrazos, lágrimas y fotos, el grupo celebró haber alcanzado el Fin de la Tierra, una meta que resume el esfuerzo, la amistad y el espíritu de superación que define a la asociación.

Allí fueron recibidos por el alcalde de Fisterra, quien les transmitió su felicitación por completar la ruta y recibió de manos del grupo varios recuerdos de Corazones Sanos del Henares y del Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Aunque esta vez no obtuvieron la Compostela, sí se llevaron la Fisterrana, el certificado que acredita haber llegado “a estas terras da Costa da Morte e fin do Camiño Xacobeo”.

Con la satisfacción del deber cumplido, los Corazones Sanos emprendieron el viaje de regreso a Alcalá con una sola idea en mente: volver el próximo año para repetir la experiencia.