
20 octubre, 2025
Hace un mes, los últimos 100 kilómetros del Camino Francés se convirtieron en un lienzo involuntario para los nombres “Gorda y Carlos”, escritos con rotulador permanente en prácticamente todos los mojones que señalizan la ruta hacia Santiago de Compostela. Lo que podría haber pasado como una anécdota menor se transformó en un clamor colectivo: peregrinos de todas partes denunciaron el hecho en redes sociales, sorprendidos y molestos ante un acto que consideran incívico y dañino para el patrimonio del Camino.
En redes, los comentarios reflejan la indignación de quienes recorren la ruta: “Una vergüenza. No tienen respeto ni educación”, comenta uno de los peregrinos. Otro agrega: “No hagan esto, mejor grabenlo en su memoria y en sus corazones. Esto ya existía antes que ustedes y yo. Respetemos, buen Camino”. Algunos destacan la importancia del respeto al patrimonio y la experiencia colectiva: “He hecho dos veces el Camino desde Sarria, y por desgracia hay muchos que dejan marcas. Solo pediría una cosa: respeto al Camino y al entorno. Fotos, vídeos… y lo más importante, buen Camino”.
En estos últimos días, surgió una pista sobre la identidad de los responsables. Según algunos comentarios, se trataría de un peregrino que realizó la ruta en septiembre acompañado de su perra: Gorda sería el nombre de su mascota y Carlos, del propio peregrino, originario de Puertollano.
Esta polémica no solo refleja la frustración de algunos peregrinos ante la masificación del Camino -especialmente en el tramo Sarria-Santiago, elegido por quienes buscan recorrer la distancia mínima para obtener la Compostela-, sino que también reabre la discusión sobre el respeto al patrimonio colectivo. La mayoría de los comentarios expresan asombro y molestia ante la repetición de estas pintadas, recordando que el Camino es un patrimonio compartido que merece cuidado y respeto por todos los que lo recorren.